El Planeta Marte, desde el inicio de la astronomía ha sido uno de los planetas más estudiados de nuestra galaxia. Uno de los motivos principales es su proximidad y la existencia de evidencias que pudieran demostrar que sería posible la vida fuera de nuestra Tierra. Una de las zonas más exploradas ha sido el mar de dunas del polo norte del planeta. Hasta hace bien poco se creía que dichas dunas estaban en perpetua congelación e inmóviles. Pero, gracias a una foto fija, los científicos han descubierto en la zona cambios repentinos. Bruscas avalanchas de arena, nuevos nichos y barrancos que aparecen por sorpresa... ¿Cómo puede producirse todo eso si, según parecía, el viento marciano no era capaz siquiera de levantar unos cuantos granos de arena? ¿Qué lo ha provocado? Los científicos creen saber la respuesta: capas heladas de dióxido de carbono que cambian según la estación y una inusitada fuerza del viento, mucho mayor de la esperada. Lo ocurrido lo ha revelado la cámara de alta resolución que lleva la Mars Reconnaissance Orbiter (MRO), de la NASA, que llegó al Planeta rojo hace cinco años y que ha pasado cuatro de ellos -dos años marcianos- avistando la zona. La investigación aparece publicada esta semana en la revista Science.
Estos campos de dunas cubren una superficie del tamaño de España situada en una banda alrededor del planeta en el borde del casquete polar norte. Aunque los nuevos resultados sugieren que esta zona se encuentra entre algunos de los paisajes más activos en Marte, pocos cambios se habían detectado en estas dunas antes de que la cámara los detectara.
Los científicos habían considerado las dunas bastante estáticas desde que se formaron hace mucho tiempo, cuando los vientos en la superficie del planeta eran mucho más fuertes que en la actualidad, pero las imágenes de HiRISE explican una historia diferente.
La clave de estos cambios se encuentra en dos factores, el dióxido de carbono helado y las ráfagas de viento más fuertes de lo esperado. Para empezar, una capa estacional de dióxido de carbono congelado, o hielo seco, cubre la región en invierno y cambia a forma gaseosa en la primavera. «Este flujo de gas desestabiliza la arena de las dunas de Marte, causando avalanchas y la creación de nuevos nichos, barrancos y pistas», explica Hansen. «El nivel de erosión en sólo un año de Marte fue realmente sorprendente. En algunos lugares cientos de yardas cúbicas de arena habían caido en avalancha por la cara de las dunas».
El viento impulsa otro tipo de cambios. Especialmente sorprendente fue el descubrimiento de que las cicatrices de las avalanchas de arena podían ser borradas parcialmente en un solo año marciano. Es realmente curioso, ya que los datos de vehículos marcianos como Phoenix muestran que los fuertes vientos son muy extraños.
«Tal vez el clima polar es más propicio para altas velocidades del viento», explica Hansen. Los nuevos hallazgos ayudarán a los científicos a comprender mejor qué ocurre sobre la superficie mariciana, lo que, al mismo tiempo, sirve para entender la historia de este misterioso planeta
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